Todos para uno, y uno para todos: El Claustro Docente.

Estamos cerca de iniciar la época del famoso concurso de traslados, y muchos compañer@s están eligiendo nuevos destinos por diferentes motivos… unos por los malditos recortes que ha tenido como resultado la supresión de cientos de plazas, y otros por circunstancias personales que deciden cambiar de centro o de especialidad si sus habilitaciones se lo permiten.

Sea como fuere, cuando te planteas un cambio de este tipo, una de la primeras cosas que se te pasan por la cabeza es… ¿Qué compañer@s tendré? ¿Coincidiremos en la forma de trabajar? ¿Tendremos la misma filosofía sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Habrá “feeling”?

Un mar de dudas te acechan, y es normal, porque de la unión que se cree entre el profesorado del centro dependerá el funcionamiento y la identidad de éste.

El Claustro de profesorado es el órgano de participación de todos los profesores que prestan servicios docentes en el centro donde se encuentren. Es considerado como un órgano técnico-pedagógico en el cual se planifica, coordina, decide, informa y evalúa sobre todas las actividades educativas que se realizan dentro del centro educativo, siendo la función principal enseñar a todos los alumn@s.El Equipo directivo es el encargado de convocar el Claustro haciéndolo por escrito, e incluyendo en la orden del día los asuntos que se tratarán en la posterior reunión.

Explicado así, la cosa se queda demasiado técnica… pero definido de otra forma, es:

“Un equipo de personas formadas académica y profesionalmente, con una importante responsabilidad humana, que consensua, coordina, colabora, y trabaja sobre una misma línea educativa, con el fin de dar lo mejor de ellos mismos por y para sus alumn@s”.

Una definición u otra habla claramente, sobre la necesidad de trabajar en equipo, y como en cualquier otro trabajo (pero especialmente en éste), para que esto ocurra debe existir un ambiente donde reine “el buen rollo”.

¿Cómo fomentarlo?

1. Tener en el centro una acogedora sala de profesores donde se fomente la conversación y el intercambio de información y opiniones, convirtiéndose así, en el punto de referencia para propiciar las relaciones tanto personales como profesionales. Puede haber: un tablón de anuncios con cartelería de noticias, fechas importantes, novedades en las leyes o decretos; un pequeño rincón-cocina con máquina de café, agua o una nevera (a veces hacemos bastantes más horas de las previstas y tener este tipo de “recursos” ayuda); un mueble- librería donde recopilar libros, revistas, periódicos, proyectos/trabajos de compañer@s o cualquier otro material que nos pueda enriquecer en nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje (sobre metodología, actividades, talleres, técnicas de estudios, manualidades, pedagogía, psicología… etc.); esto ayudaría a crear un centro de recursos docentes en este espacio. Y finalmente, para aquellos centros que dispongan de espacio e internet, un par de ordenadores de consulta tampoco vienen mal, y cada vez se hacen más imprescindibles.

2. Fomentar las actividades «divertidas» (semanalas/mensuales) entre compañer@s. Por ejemplo… ¿Quién es quién?: todos traen una foto de cuando eran pequeños y la cuelgan en el tablón de anuncios de la sala de profesores, habrá que poner debajo de cada foto quién crees que es. El Amigo Invisible: se suele hacer en fechas navideñas siendo un juego muy popular en el que los participantes se hacen regalos entre sí sin que se sepa quién ha sido.

3. Marcar un día al mes donde se reúna todo el claustro para realizar dinámicas de grupo o actividades organizadas como charlas, o cursos formativos relacionados con las necesidades formativas-educativas del centro. Para la organización de estas actividades se puede encargar uno de los profesores, cumpliendo con el fin de preparar y convocar, según el calendario de reuniones internas. Este es un buen enlace que aporta muchas ideas: http://dinamicasgrupales.blogspot.com.es/

4. Mantener/ favorecer una comunicación «limpia», donde las personas sean escuchadas y tengan la capacidad de escuchar. A veces las reuniones de los Claustros se convierten en un «corral de gallinas», donde se habla a la vez y con un tono excesivo, se forman corrillos, y definitivamente no se respetan las opiniones o el merecido turno de palabra. Calma, es lógico que después de «lidiar» con los chavales, lleguemos a una reunión cansados, pero fuera o dentro de una reunión, mantengamos las formas,  y por encima de todo mostremos educación. Consultar el siguiente artículo donde se recopilan factores que favorecen y otros que obstaculizan la comunicación: http://www.enciclopediasalud.com/categorias/psicologia/articulos/la-comunicacion-factores-que-la-favorecen-y-factores-que-la-obstaculizan

5. Es importante molestarse en conocer a las personas más allá de lo que ya sabemos acerca de su trabajo. Normalmente esta acción ayuda a tener empatía; es una habilidad muy importante en los trabajos de equipo. Según la Enciclopedia de la Salud…

… la empatía es la habilidad para percibir y comprender los sentimientos, pensamientos y emociones de otras personas. Supone el saber ponerse en lugar del otro para entender su punto de vista.

Consulte el enlace  Cómo fomentar la Empatía.

6. Cenas, comidas y celebraciones varias; potenciar la convivencia fuera del centro siempre anima las relaciones sociales; es decir, a través de ellas podrás conocer más allá de las cuatro paredes del aula/centro a tu compañer@, y se establecerán una serie de vínculos a través de experiencias y viviencias … normalmente positivas, curiosas, y divertidas 😉

¿Se te ocurre alguna más? ¿Te apetece compartir qué hacéis en vuestro centro para mejorar las relaciones entre compañer@s? ¿Crees que las actividades propuestas son una «tontería?

Ya sabes…

Quien tiene un “compañer@”, tiene un tesoro…
y si es un buen compañer@ …
¡¡¡CUÍDALO!!!