Hanan Al Hroub: «Juega y aprende»

Hace pocas semanas conocíamos la noticia del nombramiento de la mano del actual Papa, de la que ha sido reconocida como la mejor profesora del mundo según los premios Global Teacher Prize: la palestina Hanan Al hroub. Conozcamos un poco más sobre su historia y su metodología.

Hanan Al hroub, creció en el campo de refugiados palestinos, Belén, donde regularmente fue expuesta a continuos actos de violencia. Entró en la enseñanza primaria después de que sus hijos se quedaron profundamente traumatizados por un tiroteo en el cual fueron testigos en su camino a casa desde la escuela.

Sus experiencias en reuniones y consultas para analizar el comportamiento de sus hijos y  el desarrollo y el rendimiento académico en los años que siguieron, llevaron a Hanan a tratar de ayudar a otros que, habiendo crecido en circunstancias similares, requerían un trato especial en la escuela.

Con tantos niños rodeados de problemas en la región, las aulas palestinas pueden ser ambientes tensos. Hanan abraza el lema «No a la violencia«, y utiliza un enfoque que desarrolló ella misma, detallado en su libro, «Jugamos y aprendemos«.

Su trabajo se centra en el desarrollo de relaciones de confianza, respeto, honestidad y cariño con sus estudiantes, y enfatiza la importancia de la alfabetización. Ella anima a sus estudiantes a trabajar juntos, prestando mucha atención a las necesidades y beneficios del comportamiento positivo individual.

Su enfoque ha dado lugar a una disminución de los comportamientos violentos en las escuelas donde esto suele ser un fenómeno frecuente; ella ha inspirado a sus colegas para revisar la forma en que enseñan, sus estrategias de manejo de la clase y las «sanciones» que utilizan.

Hanan ha compartido su punto de vista en conferencias, reuniones y seminarios de formación del profesorado, y muchos compañer@s de profesión realizan visitas a su escuela para aprender de cerca esta pedagogía.

Fuente de información: página web Global Teacher Prize.

Mi profunda admiración hacia esta maestra que ha conseguido alzarse entre esta guerra infinita que ya dura demasiado, proclamando entre los más pequeños un lema que casi desconocen por las circunstancias, y brindándoles la oportunidad de compartir un espacio seguro donde disfruten de su infancia, y a la vez aprendan.

Sin duda, Hanan demuestra, como muchos otros defensores de la «No violencia», que siempre hay otro camino que favorece la convivencia entre culturas y religiones, el diálogo entre las personas, y protege a los que más merecen ser protegidos: los niñ@s.

Y es que tiene más poder un abrazo, una caricia, un beso, una bonita palabra, … que un castigo físico, o una sanción desmesurada, ya sea dentro o fuera del aula; si tu ejemplo está formado de amabilidad, empatía, humanidad, sentido común y respeto hacia el otro, ése otro crecerá y se relacionará con esa imagen… generaciones llenas de conciencia están por venir, y en muchas ocasiones dependen de nosotros, los docentes (no tienen otro punto de referencia… por ejemplo aquellos que están en circunstancias como las que se encontraba Hanan).

Apostemos por metodologías dinámicas, divertidas, motivadoras, e impregnadas de paz y equilibrio,  que favorezcan en nuestros alumn@s un camino más a elegir; como decía John Ruskin…

Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía,

sino hacer de él alguien que no existía.

Suena utópico y difícil, somos humanos y también sufrimos y tenemos nuestros límites, pero… hay que empezar a creer en un cambio, es urgente.

A continuación adjunto el video resumen de la historia en imágenes de nuestra protagonista.