Normalmente entre los 3 y los 4 años, muchos niñ@s reciben la especial llegada de un nuevo miembro en la familia: un bebé. Para ellos no significa lo mismo que para nosotros. Hasta ahora han vivido una situación sublime, recibiendo amor y cariño de toda la familia, y por supuesto, no quieren que cambie.
Propongo diferentes momentos que toda Familia debe abordar ante un nuevo nacimiento:
1) Tengo algo que decirte…
Tal y como ocurre en el video mostrado, deben ser los padres los que informen a su hij@ de la llegada de su nuevo herman@. Podemos explicarle que otros niños también tienen hermanos y, si es posible, visitar a algún amigo o familiar que haya tenido recientemente un bebé.
2) Ronda de preguntas: «¿Dónde está mi hermanito?»
Cuando pregunte, hay que informarle claramente. Es preferible explicar lo necesario y adaptarlo a su edad que inventar historias que no llevan a ninguna parte. Al referirnos a su herman@, hablaremos de «nuestro bebé». Es bueno empezar a transmitir la idea de que será un miembro más de la familia al que se debe querer y cuidar. Podemos hacerle partícipe en escuchar el latido del corazón del bebé o sentir las pataditas que da al moverse. Este será un buen momento para que le hable, y exprese emociones. Pero, sobre todo, hay que hacerle sentir que lo queremos mucho, que el cariño de sus padres por él no va a disminuir y que ese nuevo hermanit@ no le va a quitar su puesto. Recordad que el protagonista del video pensaba que lo iban a reemplazar… sus inquietudes serán muchas e inesperadas.
3) Preparando la llegada
Si se prevén cambios de habitación, deben hacerse tiempo antes del nacimiento del nuevo hij@. De este modo se evita que piense que la llegada del bebé lo desplaza y le arrebata sus cosas. También, cuando se aproxime el parto, no debemos cambiar las rutinas diarias del niño (hora de comer, aseo y dormir) aunque éste deba marchar a casa de un familiar. Si es posible, es preferible que pase ese momento en su casa, rodeado de sus juguetes y de todo aquello que le da seguridad.
4) Y llegó el momento… “Ya está aquí”
Si el hospital lo permite, debemos dejar que el niñ@ visite a su madre y a su nuevo herman@ durante los días que estén ingresados. Si no es posible, puede telefonear a su madre y viceversa. No perder la comunicación en estos días es vital. Al regresar a casa, es una buena idea llevarle un regalo y decirle que se lo trae su herman@. La primera vez que vea al bebé, es aconsejable que sea él quien pueda acariciarlo e incluso coger.
5) Un@ más en casa 😉
Reforcemos todo lo que haga para cuidar a su herman@ y colaborar con los padres. Abrazarle, elogiarle, mostrar nuestra satisfacción por lo bien que se comporta y, sobre todo, hacerle sentir importante, son conductas indispensable hacia él. Le explicaremos las ventajas que tiene ser mayor y lo orgullosos que estamos de él. En estos momentos tan delicados, es decisiva nuestra respuesta ante conductas propias de los celos. No debemos darles más importancia de la que tienen.
Quizá puede desperar cierta agresividad con su hermano. Si esto ocurre, debemos demostrarle que esa conducta no la aceptamos. Es probable que su comportamiento cambie y se dirija la agresividad hacia juegos de lucha o pegando en la guardería. De un modo u otro, a medida que pueda ir entendiendo la nueva situación, la agresividad irá disminuyendo.
Si le ayudamos a superar esta crisis, le ayudaremos
a madurar y a ser más autónomo.
Os dejo un enlace donde se trata mas este último punto sobre posibles celos que se den a medida que crecen los hermanos. Da consejos muy buenos.
http://www.educapeques.com/escuela-de-padres/consejos-celos-entre-hermanos.html
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