Pues como bien indica el título de esta nueva entrada, al borde del inicio de curso, terminé mis particulares «deberes de verano», y no puedo estar más satisfecha.
Gracias a una compañera que me aconsejó unas interesantes lecturas, y otras tantas, que yo ya quería leer desde hace tiempo, me junté con una peculiar colección de libros apta para no dejar de conocer y aprender.
El primero que leí fue Educar para el asombro, de Catherine L’Ecuyer, ¿qué queréis que os diga? en razón va por la 14º edición. Sin duda, aborda la cuestión ¿cómo educar en un mundo frenético e hiperexigente? de forma directa, clara, justificada, y con un razonamiento aplastante. Me pasé las 183 páginas asintiendo con las cabeza, ya que los 17 capítulos ponen sobre la mesa inquietudes de las familas, preocupaciones de los docentes, y pensamientos de los niñ@s que están a la orden del día.
Me «asombró», la claridad de expresión, la justificación de cada dato relacionado con el desarrollo psico-evolutivo del niñ@, y los ejemplos tan actuales y contrastados que escoge. Sin embargo, si tuviera que elegir un capítulo, creo que me quedo con el número 10, «La hipereducación: la generación Baby Einstein», por que… «tan malo es la carencia, como el exceso»; y si tuviera que elegir una de las frases que más me impactó sería…
-Estoy preocupada por que mi hijo (de 3 años) no me escucha,
-No te preocupes por que no te escuche, te está observando todo el día.
En fin, son muchas pinceladas las que comentaría, pero lo mejor es que lo leas ¡¡sin falta!!
El segundo, que llegó a mis manos fue Garabatos, de Evi Crotti y Alberto Magni. Si te interesa saber más sobre el significado del dibujo infantil, su desarrollo, o incluso conocer de forma amena algunas técnicas proyectivas, este es tu libro. Enriquecido con ejemplos reales e interpretaciones, hacen de él, un elemento básico para cualquier profesional de la enseñanza, especialmente si trabajas en la etapa de Preescolar, u Orientación.
Entre medias, de unos y de otros, no pude resistirme a releer El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. No sé ni cuántas veces lo he leído ya. Sin embargo cada lectura hace que abra más los ojos, que entienda lo que en algún momento pude dejar de entender, y consigue que ponga los pies en la tierra, si en alguna vez llegué a volar demasiado alto. Optimismo, ilusión, confirmación de valores, sentido común… esencial como libro de cabecera 😉
Siguiendo con las recomendaciones y a pesar de algún recelo que tenía… me tiré a la piscina con Aprender a educar, de Pedro García Agiado y Francisco Castaño Mena. Este libro lo define muy bien la frase «las cosas claras y el chocolate espeso»; a lo largo de sus 8 capítulos, muestran que sí es posible educar, y además educar bien, sin extremos, sin que nadie sufra, implantando empatía y sentido común. Es muy útil para padres que se encuentren en una situación difícil con sus hijos, padres primerizos, o docentes que necesiten asesorar a través de las tutorías con el objetivo de evitar el mal comportamiento y el fracaso escolar.
Especial mención debo hacer al capítulo 4, «Los valores son los pilares de la educación»; contiene un diccionario de valores con ejemplos prácticos, que es un tesoro. De verdad que es 100% recomendable.
Y por último, para ponerme al día sobre el famoso «mindfulness», fui a comprar Tranquilos y atentos como una rana, de Eline Snel. A ver… esto es como la película de Peter Pan, debes creer en las hadas; pues bien aquí, debes creer que otro tipo de estilo de vida es posible, que todo no es correr, estrés, horarios, citas, trabajo… stop running!! Debes pensar y reflexionar si quieres que tu hij@ sea parte de ese mundo, o si quieres parar, con él, y daros una segunda oportunidad para disfrutar realmente de la vida, consiguiendo calidad en ella. Yo ya elegí… y me convertí en rana 🙂
Espero que mis recomendaciones os sean útiles para ¿quien sabe?… ¿los deberes de invierno?
Un beso y un abrazo querido lector.
Llevo tiempo queriendo leerme «educar en el asombro», y «educar en la realidad», y después de haberte leído… Me has convencido!! 🙂
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Educar en el asombro, es uno de los que más me gustó!!
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Me parece muy interesante el tema de la «hipereducacion».
Vivimos en un mundo en el que el día a día te exige cada vez más cosas: trabajar más de 12h, ser unos superpapas, ser unos superhijos, estar siempre supercomunicados con tu gente con las nuevas tecnologías y por supuesto……tener unos superhijos.
Cuando ellos probablemente solo necesiten de nuestro amor, comprensión y sobretodo de nuestro tiempo.
Y parece que cuando disponemos de 5 minutos para ellos, los tenemos que emplear en intentar hiperestimularlos para que ya de bien pequeñitos sepan hablar 3 idiomas y hacer integrales triples.
Irene no me va al quedar otro remedio que leerme «educar en el asombro»
Y como siempre es un placer seguir tus consejos.
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Debes leerlo ya!!!
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