Hace unos días descubría un cuento la mar de curioso, divertido, y que no esperaba que diera tanto juego en mi clase: «Los inventos de Malvina«.
Malvina tiene una gran capacidad para crear cosas increíbles. Entre sus inventos encontramos un paraguas para no mojarse los zapatos, un taburete móvil para no esperar de pie y una máquina para tranquilizar la mente preocupada de su madre. Pero el resultado de este último invento es terrible para ella. Por suerte, su madre hallará la solución del modo más sencillo, ¡y es mucho mejor de lo que nunca se habría imaginado!
Fuente: Editorial Algar
Lo que no te cuenta el extracto de la editorial, es que el personaje de Malvina despierta un sentimiento de empatía maravilloso entre los niñ@s, pues todo niñ@ tiene iniciativas de crear, y éstas son infinitas.
Inventar/crear, es una acción que todo niñ@ tiene en la cabeza, y ya en un simple dibujo se puede ver reflejado una pequeña muestra de todo lo que navega en su mundo interior.
Malvina, una niña observadora, tiene muy en cuenta el mundo en el que vive, … las preocupaciones del día a día de los adultos, y en su afán de mejorar sin pedir nada a cambio (rasgo inédito en todos y cada uno de los niñ@s), pone su esfuerzo y atención en las propias preocupaciones de su madre para resolverlas con una gran máquina.
Da mucho que pensar el que los «pequeños» nos tengan en cuenta, tanto o más, a veces, que a ellos mismos.
Sin embargo, no es tarea la de un niñ@ preocuparse e invertir su tiempo en despreocupar a los «mayores», y menos aún resolver sus «problemas»; divertirse, jugar, crear, inventar para descubrir, … sí es su cometido, por eso el último gran invento es el mejor, el más acertado, el más disfrutado, … pero no te voy a desvelar cuál es 😉
La historia de Malvina la puedes leer, la puedes contar… o la puedes representar. Mis compis de 5º junto con sus alumnos/as, eligieron esta última opción, y a través del teatro negro transmitieron la historia a todos los niñ@s del colegio.
Sin palabras…¿o sí? ENHORABUENA grande a los niñ@s y sus profes.
Verlo en vivo y en directo no te deja indiferente, y nosotros salimos muy «tocados» con Malvina. Les propuse a mis niñ@s que crearan un invento sobre medio folio; un dibujo de un prototipo de máquina inventada por ellos, única, auténtica, y que tan solo existiera en su cabeza, y que con gran gratitud quisieran compartir con el resto.
Este fue el resultado…
¿Merece o no merece la pena «Los inventos de Malvina»? 😉
Desde luego que merece mucho la pena el cuento, todo lo que puede ayudar a estos niños con la imaginación y aprender la empatía es uno de los pasos más bonitos que puede hacer un niño además de aprender sobre la personalidad y así evitar el trastorno histriónico, me encanta tu blog de psicologia.
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Muchas gracias por el comentario. Me alegra saber que compartimos ideas y más allá mirada hacia la educación. Un abrazo!!
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